Si os soy sincera antes de pasar por la crisis de los 3 meses de la que os hablé en otro post, pesaba que esto de las crisis de lactancia era un poco mito, cosas de abuelas. Hasta ese momento no había experimentado nada parecido o al menos no me había dado cuenta con tantas cosas nuevas que aprender y de las que estar pendiente.

Pero como os dije, la crisis de los tres meses nos pegó con fuerza y pasamos rigurosamente por todas las fases. Inocente de mí, no me plantee que aquello se iba a repetir. JA-JA-JA, no hay como reírse de una misma. Con la llegada de la alimentación complementaria a los 6 meses pasamos por una segunda crisis. Diferente a la primera, no tan dura, con otros indicativos, pero crisis al fin y al cabo. Una nueva batalla el la guerra de la lactancia.

Cuando empezamos a introducir alimentos nuevos, el interés por la teta fue disminuyendo. Entiendo que si llevas comiendo 6 meses lo mismo y empiezas a saborear cosas nuevas la cosa tiene que ser de locura. Así que al principio, cuando comenzó a reducir tomas, no le di mayor importancia.

Mi preocupación vino cuando directamente, no quería probar el pecho. La pediatra nos indicó que cada comida debía ir precedida por una toma de leche materna, pero ¿qué pasa cuando no quiere tomar pecho?¿no come en todo el día?. Así que probaba con la teta, ella pasaba olímpicamente y luego le daba sus cereales o puré de verduras que devoraba como si no hubiese un mañana. Llegué a pensar que era un destete natural (chorradas de madre primeriza y de ilusa de la vida).

Eso sí, cuando llegaba la noche hacía todas las tomas que no había hecho durante el día. ¡Qué bien!, ¡fiesta nocturna!. Y así pasamos una semana larga. Yo intentando que ella hiciese tomas más regulares durante el día y ella emperrada en hacérselas todas por la noche.

Sin embargo, como ocurre con casi todo, después de la tormenta, siempre llega la calma y de repente empezó a querer teta por el día. Coincidió con nuestras vacaciones en la playa. No sé si fue el cambio de aires, el calorcito playero o simplemente que ya había pasado su “periodo de duelo”, pero poco a poco fue volviendo a la normalidad. Dimos por finiquitada nuestra crisis de lactancia de los 6 meses.

Lo de la toma de pecho antes de cada comida no lo estamos haciendo ¿Por qué? Pues porque eso supondría tener unos horarios de tomas y si la teta tiene que ser (y es) a demanda, no hay manera de que tome cuando yo quiera. Así que yo le doy teta cuando lo pide y le doy sus comidas más o menos a la misma hora todos los días para crear un poco de rutina, independientemente de si hace 10, 30 o 50 minutos desde la última toma.

A día de hoy, Olivia toma pecho igual o más que antes. Las tomas se han regulado y equilibrado las del día con las de la noche. A veces son tomas normales, a veces más cortas pero de destete nada de nada, no tiene pinta de que ella quiera dejarlo, y yo tampoco. De momento seguiremos así el tiempo que se pueda y que ambas queramos. Creo que no nos quedan más crisis de lactancia por vivir, pero si llegan espero las superemos igual que lo hemos hecho hasta ahora, con mucha paciencia y mucho amor.

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