Con chupete

Como quitar el chupete

La pregunta del millón. Como quitar el chupete a nuestros bebé. A veces es muy fácil y otras no tanto. Yo quiero compartir nuestra experiencia, cómo nos sentimos con el tema “chupete” en general, cómo afrontamos el momento de quitárselo y cómo dijimos el adiós definitivo.

Para empezar, nuestra relación con el chupete como padres siempre ha sido un poco amor-odio. Nuestra idea inicial era que Olivia no ponerle chupete a Olivia. No nos gustaba la idea de crearle una dependencia hacia algo que podía ser suplido por otras cosas que podíamos ofrecerles desde una crianza con apego. Eso era lo que teníamos en mente en nuestro ideal, pero cuando nació Olivia y conforme pasaban los días la demanda era mayor, empezamos a plantearnos que el chupete quizá no era tan mala idea.

Debimos esperar un mes a que la lactancia estuviese correctamente instaurada. Al final de ese mes yo estaba deseando que llegase ese momento en el que Olivia cogiese el chupete y aunque al principio no le hacía mucha gracia, a fuerza de insistir acabo utilizándolo.

El siguiente paso que nos planteamos como padres era el uso responsable del chupete. Utilizarlo de manera responsable y así cuando llegase el momento de quitar el chupete fuese menos traumático. Usarlo únicamente en momentos en los que ella necesitase relajarse como durante sus horas de sueño, en el coche u otros momentos puntuales.

Pero el chupete es muy cómodo y es muy fácil “enchufarlo” más de lo que en principio tenemos en mente. Y sin quererlo progresivamente Olivia usaba el chupete mucho más de lo que nos gustaría. Cuando llegamos a un punto en el que el chupete estaba presente en nuestras vidas mucho más de lo que queríamos comenzamos a reducir su uso de manera progresiva.

Olivia rondaba los 2 años. Según lo que he leído es la edad que los profesionales determinan máxima para quitar el chupete. Como madre había en mi mente un choque de trenes. Por una parte lo beneficioso de su retirada en lo que a mordida, dentadura y demás se refiere, por otra la culpabilidad de una retirada traumática para ella.

Me explico. Nosotros habíamos decidido usar el chupete para estar más tranquilos, para que la crianza fuese más “fácil”, menos demandante. Lo habíamos decidido más por nuestro bienestar y ahora que habíamos creado una “adicción” y que ya no nos venía tan bien que ella lo llevase, decidíamos también quitárselo. ¿Y como quitar el chupete? ¿Así sin más? ¿De buenas a primeras?.

No pudimos, no quisimos. Así que a un a riesgo de que el chupete estuviese en nuestras vidas más de lo que nos hubiese gustado lo hicimos de manera paulatina. Se que si lo hubiésemos hecho de un día para otro, seguramente no hubiese pasado nada, se hubiese acostumbrado en pocos días, pero nuestra formar de pensar no nos lo permitió. No somos ni mejores ni peores, eso lo tengo claro, sencillamente lo hicimos así.

Cómo quitar el chupete paso a paso

Como os comentaba fuimos paso a paso, haciendo que ella dejase de asociar momento al chupete. Fuimos eliminando el chupete a la hora de jugar y momentos de ocio. Redujimos el chupete en el coche, sustituyendo por canciones y a veces por comida. Solo se lo dejábamos cuando sabíamos que se iba a dormir. Como os comentaba, primero desvinculamos el chupete de actos cotidianos.

El segundo paso fue romper el vínculo chupete – calma. Normalmente cuando un niño que lleva chupete llora o se enfada ¿qué hacemos?. Toma, chupete. Ellos se relajan y todos contentos. El “problema” de esto es que cuando quitar el chupete es lo que buscamos tienen que aprender a calmarse y relajarse por ellos mismos. A veces puede ser desgarrador, pero no hay nada que la paciencia, los abrazos y una buena razón de mimos no puedan solucionar. Creo que no es un proceso que se pueda hacer de un día para otro. Habrá enfados más ligeros que puedan a aprovecharse para calmar sin chupete y otros más fuertes en los que al principio el chupete seguirá presente. Poco a poco lo conseguirán, aprenderán a gestionar esos enfados o disgustos sin chupete.

El último paso y el que se nos plantea normalmente más complicado es el momento “dormir”. Quitar el chupete a la hora de dormir supone quitar eso que les hace relajarse y conciliar el sueño. Quizá sea más difícil porque es difícil encontrar ese “poco a poco”. Observamos que conforme Olivia crecía había veces que en el coche era capaz de quedarse dormida sin chupete, así que ese fue otro paso más. Finalmente solo nos quedamos con el momento siesta y el momento noche y ella que jamás de los jamases se había quedado dormida sin chupete en la cama, tuvo que hacerlo.

Hay muchas maneras e historias, para dejar definitivamente el chupete y cada cual elige su método. Nosotros elegimos a los Reyes Magos. Ellos se llevarían los chupetes de Olivia. Llegaba el momento de quitar el chupete definitivamente. Y así fue, junto a los vasitos de leche y los bombones, dejamos los chupetes. A la mañana siguiente los chupetes habían desaparecido y los regalos habían llegado.

Como por el día ya no llevaba chupete desde hacía tiempo no lo echó en falta. Fue al llegar la noche cuando la cosa se complicó. Ella tenía asumido desde hacía tiempo que los reyes se llevarán sus chupetes, pero una cosa es saberlo y otra vivirlo. Cuando llegó la hora de dormir por la noche ella intentaba relajarse pero no era capaz. Al final acabó pidiendo el chupete y se le explicó que no había, que los reyes se lo habían llevado. Comenzó a llorar y a mi se me partía el corazón. La estrategia era que estuviese muy cansada para que el sueño hiciese parte de la labor, y asió fue. Al poco tiempo se quedo dormida. Primera noche superada.

La “no siesta” fue fundamental para quedarse dormida por la noche. Hasta ese momento no había renunciado a su siesta ni un solo día, así que llegaba agotada a la hora de dormir. Aún así hubo un par de días más de llorar. Un poquito, solo un poco. Al cuarto día dejó de llorar y fin de la historia. Nunca más preguntó por el chupete y aún en nuestro foro interno sabíamos que lo echaba en falta, no lo mencionaba. Como casi siempre su adaptación fue increíblemente buena ala operación adiós un chupete un éxito.

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