Hacer un regalo para un bebé es algo que parece sencillo pero que en realidad no lo es. Tanto si no eres madre, como si tienes uno, dos o tropecientos churumbeles la decisión es complicada. En el primero de los casos por estar un poco perdida en el mundo de la puericultura, en la segunda por la sobreinformación. Sabemos las cosas que son necesarias y las que no, las que resultan muy útiles y las que quizá no lo son tanto pero que son tan preciosas que cualquiera querría tenerlas. Tenemos un montón de cosas en mente, tantas que es difícil decidirse. Por propia experiencia se que a pesar de tener toda información del mundo o no tener ni idea del tema, lo complicado de hacer un regalo cuando llega un nuevo bebé, no solo radica en acertar sino también en no repetir, ser original es un valor añadido.

No sé vosotras, pero con la llegada de Olivia, aún intentando que no pasase, me junté con algunas cosas a pares con las que no sabía muy bien qué hacer. Dos cojines de lactancia, por ejemplo. Así que toca descambiar. Es algo que no me gusta, mi idea de siempre es que los regalos no se descambian (a no ser que algo no sea tu talla o cuestiones de fuerza mayor como por ejemplo que sea tan rematadamente horrible que no lo vayas a usar en la vida, o que sea un regalo repetido y del que tener dos no tenga sentido, dejar tirar el dinero tampoco es plan). Así que muy a mi pesar tuve la obligación de descambiar regalos. Además de ser algo que no me gusta hacer, se come un tiempo precioso que a una primeriza le da mucha pereza perder.

Por eso hoy, os traigo una idea que creo que puede ser bonita y original. Nadie garantiza que tu regalo no se vaya a repetir, pero siempre será más fácil coincidir regalando un conjunto de punto rosa para una niña (es una cosa que a la gente le encanta regalar, Olivia tuvo tres prácticamente iguales) que regalando una estrella. Si, esa es mi propuesta, regalar una estrella. No una manta de estrellas, ni una estrella de madera que hace las veces de lámpara, una estrella de las de verdad, de las que iluminan el cielo por las noches. Mola, ¿eh?.

Etoilez Moi le ha regalado a Olivia la suya, una pequeña estrella muy cerca de la Osa Mayor y nos ha parecido un detalle precioso. Hace unos meses que se pusieron en contacto conmigo para hacernos este regalo y ha sido la fecha de su cumpleaños el momento en el que decidimos bautizar a una estrella con su nombre: Olivia.

Lo único que necesitan para este bautizo es el nombre que queremos darle a la estrella y la fecha que deseamos que aparezca en el certificado (no anterior a dos meses de la fecha actual). Con esos datos envían una documentación en la que aparecen las coordenadas en las que se encuentra la estrella, el nombre, la fecha, un plano donde se ve la situación de esa estrella y una pequeña historia mitológica sobre la constelación a la que pertenece la estrella, en nuestro caso la Osa Mayor.

¿No os parece un regalo genial? A mí me ha parecido un detalle muy bonito al que tengo que ponerle una pequeña pega. La empresa Etoilez Moi es francesa y alguna de las traducciones que facilita en la documentación no está del todo trabajadas por lo que existen algunas frases que se sobreentienden pero que tienen errores. No es algo importante, pero de corregirlo el servicio sería 100% perfecto.

¿Os ha gustado la idea? ¿Habíais pensado alguna vez en regalar algo así?

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