Hace ya casi un mes que hicimos nuestra sesión smash cake pero entre la Navidad, el cambio de año y tanto polvorón no he podido publicarla antes. Seguro que todas sabéis lo que es una sesión Smash Cake, y si no lo sabéis yo os lo cuento.  Consiste en hacer una sesión fotográfica a tu bebé coincidiendo con la fecha de su primer cumpleaños. Es una tradición un poco “made in america” pero para una fan de guardar recuerdos en formato foto como soy yo, cualquier excusa es buena para montar toda la parafernalia y hacer unas fotografías bonitas de Olivia.

En la sesión smash cake, tal y como reza su propio nombre, el bebé se pone de tarta hasta las orejas. La rompe, se la come y se pringa sin que nada, ni nadie se lo impida, o al menos esa es la teoría.

NUESTRA SESIÓN SMASH CAKE

Nuestra sesión smash cake no se limitaba solo al momento tarta, sino que había unas fotos previas de Olivia  en diferentes localizaciones y unas posteriores en “momento baño” para morir de amor.

Miré mucho por internet hasta encontrar un estudio fotográfico que me cuadrase con lo que yo estaba buscando, que se resumía en  fotos bonitas, buen precio y cantidad. Muchas de las opciones que encontré se limitaban a 8 o 10 fotos y tenían precios para quedarse ojiplática. Yo buscaba no solo calidad, sino también cantidad porque en las sesiones profesionales, por muy profesionales que sean siempre hay fotos que no te gustan, sea por el encuadre, por la luz o porque te ves con cara de pan. Así que si te entregan 8 fotos y 3 no te gustan, ¡imagínate!. Pagas un pastizal por 5 fotos. A mi me da un mal.

Así que lo dicho, después de mucho buscar encontré un estudio donde hacer nuestra sesión smash cake por un precio que a mi me parecía bastante justo, en el que me entregaban entre 40 y 50 fotos y que además tenía un estilo que me encantaba.

LA LEY DE MURPHY

Fuimos a hacer la sesión el jueves anterior al cumple de Oivia, y como suele pasar con estas cosas, coincidencias de la vida, Olivia no tenía el mejor de sus días. Así que si ya de por si, hacer fotos a un bebé es complicado, cuando no está muy por la labor, lo es todavía más.  A eso hay que sumarle que a Olivia lo de mancharse no le va, así que a la tarta no le hizo mucho caso, de hecho es la parte de la sesión con menos fotos salvables. A pesar de todo eso, se hicieron fotos muy bonitas y el resultado de la sesión fue muy, muy satisfactorio.

¿Os apetece verlas? A continuación os enseño una selección de mis favoritas.

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