Tal y como reza el título, ahí hemos llegado, al fin de nuestra exterogestación, a la meta de los 9 meses dentro, 9 meses fuera, hemos alcanzado un nuevo hito, hemos derribado una nueva barrera y seguimos juntas creciendo y avanzando.

Exterogestación es una palabra que suena quizá, demasiado rimbombante, muy sonora, algo ¿pedante?, pero con un significado que para mí, tiene algo de magia, algo especial. Porque los 9 meses de embarazo son fundamentales, crear una vida, pasar de la nada al todo, convertirse en madre, es una experiencia brutal. Pero los siguientes 9 meses, son la primera base de lo que será, un periodo de aprendizaje a un ritmo vertiginoso tanto para el bebé como para los padres. Unos meses en los que nuestros hijos pasan de ser completamente dependientes, a empezar a “independizarse”.

¿Y por qué se habla de exterogestación? Es como hablar de una “prolongación exterior del embarazo”. Nuestros bebés necesitan esos 9 meses para seguir evolucionando, creciendo y desarrollándose. Según diferentes teorías, los humanos, necesitaríamos un embarazo de entre 18 y 20 meses para que nuestros bebés naciesen en condiciones de desarrollo similares a las de otros mamíferos, y en condiciones óptimas para “escapar del peligro”. Porque somos animales, que no se nos olvide, y tenemos la “suerte” de ser el mayor depredador, sino tendríamos pocas herramientas para defendernos, aunque imagino que hubiésemos evolucionado de otra manera.

Cualquier mamífero nace con la capacidad de desplazarse, pero el bebé humano no lo hace. Es en torno al fin de la exterogestación cuando adquieren está capacidad, cuando comienzan a gatear. Pero, ¿qué cuerpo humano aguantaría un embarazo de 18 o 20 meses, y 8,9 o 10 kilos de barriga para otorgar a su bebé la capacidad de gatear en el momento del nacimiento, sin partirse por la mitad?.

Además, en el momento del nacimiento, nuestro bebés tienen algunos órganos totalmente desarrollados, como los pulmones o el corazón, pero otros como el cerebro, están desarrollados en torno al 25% de su crecimiento total. Estos datos, manifiestan esa inmadurez con la que el bebé humano llega al mundo, y fortalece la necesidad de una exterogestación basada en el apego. Ese periodo, como os decía, será el punto de partida, la base de su comportamiento y su personalidad. Es nuestra labor ofrecer amor infinito y ayudar a potenciar lo mejor de nuestros bebés para que, en un futuro, consigan ser su mejor versión.

Esos 9 meses que tienen lugar después del parto, son fundamentales para su desarrollo, y las mamás, nos convertimos en una especie de canguros. No tenemos marsupio, pero si tenemos brazos (y mochilas de porteo), y nuestros bebés los necesitan para crecer y enfrentarse al mundo sin que esa fragilidad con la que nacen, pese demasiado.

Por eso, aunque a veces, nos duelan los brazos de cargar con nuestros bebés, nos agote que se duermen a base de mecerlos y mecerlos, no descansemos igual cuando duermen con nosotros y mil situaciones más, creo firmemente que más que un capricho, es una necesidad. Es su manera de hacer su propia transición del útero materno al exterior. Creo que ese apego forma parte de su desarrollo.

Cada bebé es un mundo, y en cada uno se manifestará de una manera, cada cual con sus propias necesidades. Hay bebés que no piden muchos brazos o que prefieren dormir solos en sus cunas, pero en mi opinión, debería ser su elección y no la nuestra, somos los padres los que deberíamos adaptarnos a sus necesidades y no al revés, aunque lo que si podemos hacer es adaptar sus necesidades a nuestra forma de vida, sería lo ideal.

Este mes de Septiembre, nosotras hemos llegado a ese fin de nuestra exterogestación. Olivia ha comenzado a gatear, a ponerse de pie con apoyo, a ser un poquito más independiente, a jugar un poco más “ a su bola”. En su día traté en un post el tema de la baja por maternidad y la conciliación en la que una mami genial me contó y compartió su experiencia en este blog. Viendo la evolución de Olivia, y en relación con este tema, creo que los 9 meses de edad, sería un momento en el que según mi punto de vista, una madre podría plantearse una reincorporación laboral justa. ¿Cómo lo veis vosotras?. Sé que nunca es el momento perfecto, que seguramente casi siempre será demasiado pronto,  pero quien sea que haga estas leyes con bajas de maternidad que parecen chistes de mal gusto, debería replanteárselo muy seriamente, debería haber oído hablar en algún momento de su vida de lo que es la exterogestación, y de las necesidades que esta plantea. A veces la falta de conocimiento es la base del problema, y la falta de ganas para adquirir esos conocimientos, lo que hace que los cimientos sean una basura.

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