maternidad real

Partamos de la base de que la búsqueda de un embarazo puede ser algo rápido y que con un poco de suerte dure un par de meses. No obstante también debemos tener en mente la otra cara, la de búsquedas que se alargan años hasta conseguir su objetivo.

Como os he dicho en otras ocasiones, me siento engañada por lo que me enseñaron en el colegio a cerca de la reproducción humana. De aquellas clases me lleve en mi cabeza la idea de que aquello era coser y cantar. Apuntar, disparar y dar de pleno en la diana.

No es que lo diga yo, lo dicen los estudios. Sólo un 30% de las parejas lo consiguen en el primer mes (os odio a todas las que habéis tenido esa suerte, solo un poquito, pero mi cuerpo de infértil no lo puede evitar). El 60% lo consigue en los primeros 3 meses y el 80% después de 6 meses de intentos. El porcentaje llega hasta el 85% de éxito durante el primer año.

Como veis, no es tan fácil. Y no lo es porque depende de muchos factores que en esas clases de EGB, la ESO o lo que sea que estudiase cada una, no nos hablaron de hormonas, endometrios o reservas ováricas. Muchas de esas búsquedas no consiguen su fruto por falta de información, porque nos lanzamos a la piscina con muchísimas incógnitas de las que ni siquiera somos conscientes.

Existen tantas casuísticas como mujeres y hay muchos motivos por los que un embarazo no llega. Y es que aunque seamos jóvenes y estemos sanas, sanísimas a veces nuestro sistema reproductivo es como el de una mujer de 50 años. ¡Coño! ¿En serio? Si, en serio. ¿Y eso como se si a mi me pasa eso?, os preguntaréis. Informándonos.

Los especialistas recomiendan acudir a reproducción asistida después de un año de intentos infructuosos. En caso de mujeres mayores de más de 35 el periodo para acudir a un especialista se fija en 6 meses.

Bien, estoy de acuerdo, me parece lógico. Pero, ¿y si supiese que tengo baja reserva ovárica y que mis posibilidades de quedarme embarazada de manera natural son ínfimas?. Quizá podría ahorrarme un tiempo maravilloso y mucho sufrimiento. Porque si, los test de embarazo negativos y permanentes generan muchísimo sufrimiento (e incertidumbre, tristeza, desesperanza y muchísimas otras mierdas).

Por eso, desde mi experiencia y sin querer generar ningún tipo de alarma, ni negatividad, solo intentando visualizar un poco de realidad, me gustaría explicaros que haría yo si pudiese retroceder en el tiempo y afrontar todo el proceso de nuevo. Ahí van mis consejos:

  • No te lo pienses demasiado, si es algo que te has planteado, ve a por ello. Como os he dicho en otras ocasiones, el momento perfecto en el que todos los planetas se alineen es posible que no llegue nunca. Lánzate, al final todas las pieza acaban encanjando. ¡El tiempo pasa volando!
  • Visita a tu ginecólogo, revisa que aparentemente todo este bien y comienza con tu suplementación preconceptiva. Te ayudará a preparar tu cuerpo y tu mente.
  • Intentadlo, no os presionéis, tened en mente que no tiene porque pasar a la primera, ni a la segunda, es normal necesitar varios intentos.
  • “El embarazo no llega y estoy empezando a inquietarme, a pensar que algo no va bien”. Ve al ginecólogo, exponle tus dudas. Están para eso. A ver, tampoco nos vengamos muy arriba con este tema. Empecemos a darle vueltas a las cosas después de un número intentos lógicos, no nos echemos las manos a la cabeza y queramos tirarnos por la ventana si no lo conseguimos en la noche de bodas (estas cosas a veces pasan). Pero si llevas 6, 7, 8 meses y estás preocupada acude a un especialista, que te haga una revisión más exhaustiva, unos análisis y compruebe que todo está “normal”. Si todo está bien, perfecto. Y si hay algo que no lo está obtendrás respuestas y podrás ponerle soluciones.
  • “¿Y si me lo he tomado con tranquilidad pero después de un año o más no lo he conseguido?”. Busca respuestas. Te aviso que veces no las hay, infertilidad de origen desconocido la llaman. Pero en otras ocasiones puede ser un problema hormonal, de ovulación,  endometriosis, baja reserva ovárica… las opciones son muchas. Obtén un diagnóstico y afróntalo. Puede que con algo de medicación y relaciones programadas lo consigas o puede que necesites algo más potente FIV, donación de embriones…

Sea cual sea tu situación te animo sobre todo a que, en la medida de lo posible disfrutes de la búsqueda, deseches incertidumbres y busques respuestas. ¡Y cuídate! Mima tu cuerpo y tu mente. Tu alimentación, tu actividad y tu salud mental son la base el éxito.

¡Muchas suerte!

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