Julio fue nuestro mes elegido para comenzar con la operación pañal de manera oficial, aunque durante Junio hicimos una especie de “previa” para ir tanteando un poco el terreno y motivarla con el tema.

Como en casi todo, en esto de la operación pañal, cada maestrillo tiene su librillo y yo, que de esto sabía más bien poco me deje asesorar por las profesoras de la escuela infantil, que saben de cacas, pises y retiradas de pañal mucho, muchísimo. Les hicimos caso, si, aunque no al 100% , porque si cada niño es un mundo, podemos ser libres de versionar algunas pautas, ¿no?.

Una cosa está clara, es imprescindible esperar a que ellos estén preparados tanto física como psicológicamente, sino será como darnos de cabezazos contra la pared y frustrante para nosotros, pero sobre todo para ellos.

Todo lo que comparto con vosotras, como sabéis es siempre desde mi experiencia, no son verdades absolutas ni soy una profesional sobre el tema. Solo soy una mamá que ha pasado por esta experiencia y quiere compartirla.

¿Y cómo se si mi hijo está preparado?

Factores físicos de la operación pañal

Hay ciertas pistas que nos irán indicando que a nivel físico, el niño o niña está preparado. Es importante que observemos su actitud, sus gestos. Es posible que el pañal empiece a molestarle y quiera quitárselo o pasar tiempo sin él.

A veces, comienzan a ser conscientes de que “se hacen pis” y paran su actividad, dejan de jugar, se quedan quietos y vuelven a retomar lo que estaban haciendo una vez han terminado. Hay niños que incluso buscan intimidad y se esconden cuando sienten que se están haciendo pis.

Hay quienes comienzan a expresarlo con palabras y son capaces de decir “pis” o “caca” durante o incluso antes de hacerlo. Yo pensaba que este era un punto fundamental para comenzar con la operación pañal, de hecho, ignorante de mi, pensé que era fundamental que mi hija expresase esa necesidad para comenzar a retirarle el pañal, pero no, no es necesario.

¿Y cuál es la parte imprescindible entonces? Lo fundamental es que controlen el esfínter, ya aprenderán a ponerle palabras a lo que les está pasando. Fue en la escuela infantil donde nos dijeron que Olivia ya estaba preparada para comenzar con la operación pañal. Ellas lo identificaban, junto con otros factores, de una manera muy sencilla: Pañales secos.

Cuando el niño comienza a ser capaz de tener el pañal seco durante una hora o más, varias veces a lo largo del día es que su esfínter es capaz de retener, de “aguantar”, y seguramente pueda ser el punto de partida para dar el paso hacia el “adiós pañal, hola braguitas (o calzoncillos)”.

Factores psicológicos de la operación pañal

Es fundamental que sean capaces de controlar su esfínter en lo que a físicamente se refiere, que es totalmente necesario para comenzar con la operación pañal, pero hay otro factor necesario sin el que nuestra operación pañal fracasará. El factor psicológico, emocional, la voluntad de nuestros hijos por querer quitarse el pañal y hacer pipi donde lo tienen que hacer. Porque una cosa es que les moleste mucho el pañal y quieran andar en pelotillas por casa, o que les encante sentarse en el orinal, que es una novedad muy divertida y que les hace mucha gracia y otra muy diferente es que quieras sentarse en el orinal a hacer pis.

Hay niños que en seguida se motivan y les encanta hacer pis en su orinal (o en el water), y otros que lo pasan fatal si tienen que sentarse en él. Olivia fue más bien de las segundas. No es que sufriese por hacerlo, es que no quería sentarse y punto. No le llamaba la atención, el orinal no era un objeto que quisiera utilizar.

Antes de empezar con la “operación pañal definitiva”, decidimos hacer un “ensayo previo”. Durante un mes, decidimos preguntarle regularmente si quería hacer pis y motivarla mediante pegatinas. Hicimos un calendario (podéis verlo en la siguiente foto), en el que ella iba poniendo una pegatina “de estrella” cada vez que se sentaba y una pegatina “de las guays” cuando además de sentarse hacía pis, dos si hacía caca.

Sé que hay quien no está de acuerdo con premiar estas actitudes, en la propia escuela infantil nos comentaron que no debíamos hacerlo, que debíamos tomarlo como algo natural y no darle más importancia de la que tiene. Tan natural como ir a trabajar todos los días, y oye, a mi me encanta tener mi cestita en Navidad a modo de “premio” cada año. Así que, pegatinas al canto.

Y funcionó. De esa manera iba sentándose. A veces cuando la “invitábamos a sentarse”, otras veces lo decidía ella sola. A veces llevaba braguitas, otras pañal. Nada serio, todo muy distendido, viendo cómo iba actuando antes de comenzar la operación pañal definitiva.

Además compramos un libro sobre el tema: Voy sola al baño. Una niña que hace pis, caca, se tira pedos y canta una canción. Todo un poco escatológico pero a ella le encantaba ojearlo y bailar la canción, haciéndole ver el tema de una manera divertida.

De esa manera, a finales de Junio teníamos una niña con un calendario en el baño lleno de pegatinas de peces y sirenas (de las guays), que aparentemente controlaba esfínteres y que además quería sentarse en el water, un pleno para nosotros.

¿Y qué pasó en Julio? Entramos de pleno en la operación pañal, con días exitosos y días catastróficos. ¡Os lo cuento en otro post!

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