Pobre ilusa de mi. Yo que pensaba que en lo que a la lactancia se refiere, estaba todo bajo control. Pues no. Tres meses y medio después de haber comenzado esta aventura llega la mastitis y me complica la vida.

Una mastitis, describiéndola muy por encima, es una obstrucción en la que se ha producido una infección. Los conductos se taponan y las bacterias existentes en el pecho y la propia leche, hacen el resto.

Los síntomas son claros: dureza en una zona del pecho (dónde se produce la obstrucción), calor y enrojecimiento de la zona, fiebre por encima de 38º o 38,5º (depende de la fuente) y malestar generalizado tipo gripe.

Como ya os he dicho en otras ocasiones, el Sr. Google puede ser muy peligroso y darnos información errónea, pero al mismo tiempo, si buscamos bien, comparamos la información y la usamos como tal y no como “la verdad absoluta”, puede ser muy útil. El caso es que después de leer diferentes webs, me hice una idea bastante clara de lo que me estaba pasando.

La cronología de mi mastitis fue la siguiente. Una de las veces que Olivia pidió comer por la noche, noté que me dolía el pecho derecho por la parte inferior externa. Era un dolor diferente a todos los que había experimentado hasta ahora con la lactancia. Un dolor muy concentrado en una zona y bastante agudo. No le di mas importancia y cuando terminamos con la toma seguí durmiendo a pierna suelta.

Cuando me desperté por la mañana el dolor seguía ahí, más potente si cabe. El caso es que al tocar la zona, se notaba un poco endurecida, eso unido al dolor no me daba buena espina. Así pues, me fui a mi centro de salud para hacer una visitilla a mi matrón. Allí siempre me han ayudado cuando he tenido alguna duda o cuando tuve el problema de las grietas.

En este caso, la atención dejó un poco que desear. Sentí que me trataron un poco como… “mamá que se aburre en casa y va al centro de salud a pasar la mañana.” Me revisaron el pecho y concluyeron que no tenía nada. Genial! Lo de los dolores porque si es una cosa que se me escapa.

Con las mismas me volví a casa con una sensación de cansancio y de pocas ganas de todo que no terminaba de entender. Conforme pasaba el día, peor me encontraba y mi temperatura subía. A eso de las siete de la tarde rozaba los 38º. Estaba claro que algo me pasaba. Yo seguía atribuyéndolo a mi dolor de pecho, pero como se suponía que no tenia nada, no sabía que pensar.

La noche la pasé regulín, con escalofríos a ratos y una temperatura que llegó a los 38,6. A la mañana siguiente esa zona del pecho no solo seguía dolorida sino que además había tomado un color rojizo que cuadraba muy mucho con los síntomas de una mastitis. Con las mismas nos fuimos a urgencias y tras una espera no demasiado larga y una revisión de mi pecho por parte de la ginecóloga de guardia, el diagnóstico estaba claro: mastitis al canto. 4cm x 4cm de superficie obstruida, casi nada. No se como miraron mi pecho en el centro de salud, pero desde luego que muy reguleramente.

El tratamiento a seguir fue sencillo. Ibuprofeno para la inflamación cada 8 horas, Paracetamol para la fiebre cada 8 horas alternas y Antibiótico cada 6 horas. Los dos primeros, tomados hasta mitigar el dolor, el tercero durante una semana. Por supuesto, todos ellos compatibles con la lactancia.

Además me aconsejaron tomar “Lactanza” que es un complemento probiótico que fortalece y equilibra la flora mamaria. Entre otras bondades promete reducir las tasas de mastitis y aminorar el dolor de la lactancia. ¡A buenas horas mangas verdes!. Aunque ahora que lo pienso…. ¿no se supone que la lactancia no duele? ¡Qué tonterías inventan las farmacéuticas! JA – JA – JA. No más comentarios.

El tratamiento tenía que complementarlo con la aplicación de calor en la zona antes de cada toma acompañado de un masaje, y frío justo después. La teoría es que el calor ayuda a dilatar los conductos y facilita la rápida mejora de la obstrucción. El frío evita que las bacterias se multipliquen en exceso y ayuda a desinflamar. Sobre esto del frío/calor hay mucha tela cortada en foros de google y hay opiniones para todos los gustos. Yo solo se que de momento me ha funcionado.

Hace una semana que mi mastitis hizo su aparición, hoy termino con el tratamiento. Aunque a los 2 días de medicarme y seguir las indicaciones marcadas ya me encontraba muchísimo mejor, es hoy, una semana después cuando me siento recuperada al 100%. Mi miedo es que se repita, crucemos los dedos para que no sea así.

Olivia lleva unos días un poco tontina con el tema alimentación. Espero que el capítulo mastitis no haya afectado a nuestra lactancia. Quizá se trate de la famosa crisis de lactancia de los 3 meses. No se lo que es pero está rara, espero que sea cosa mía, y que mi leche tanto en cantidad como en calidad siga siendo la misma. Os mantendremos informados.

 

 

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