¿Qué embarazada de hoy en día no ha oído hablar del masaje perineal? Seguro que tu matrona te lo recomendó o ha recomendado con el fin de evitar una episiotomía. Puede que haya sido en las clases de preparación al parto donde te hayan hablado sobre el tema e informado de sus beneficios.

Fue precisamente en una de esas clases donde yo aprendí en qué consistía y cómo se hacía. La teoría básica dice que el masaje perineal se hace para dotar de mayor “elasticidad” al periné (zona que se encuentra entre la vagina y el ano) y de esta manera hacer que nuestro cuerpo se adapte mejor al paso del bebé intentando producir los menores “daños colaterales” (desgarros, episiotomías, etc.)

Aunque los profesionales recomiendan hacerlo a partir de la semana 34, antes de comenzar a realizar este tipo de masajes debemos consultarlo con nuestro ginecólogo y que nos dé carta blanca para comenzar con nuestra rutina de masajes perineales.

Una vez que tenemos “permiso”, podemos comenzar. Si queremos que sean efectivos, como casi todo en esta vida, es importante que seamos constantes y dedicarle un ratito a nuestro periné todos los días. Antes de ponernos manos a la obra es necesario que tengamos las manos bien limpias y las uñas cortitas para no hacernos daño. Además es importante que tengamos a mano algún lubricante y si es natural mejor que mejor. Yo utilicé aceite de almendras pero también puede usarse aceite de rosa de mosqueta o similar.

Es fundamental sentirnos cómodas, tarea que no será demasiado fácil con una tripa de mínimo 34 semanas de por medio, pero hay que intentarlo. Otra opción es que os lo haga vuestra pareja, eso dijo mi matrona, pero si ya es complicado que una misma se entere de cómo debe hacerlo exactamente y conseguir la presión exacta para que sea efectivo sin hacernos daño, ni te cuento como es explicar a otra persona que lo haga. Muy complicado.

Hay muchas técnicas y ejercicios diferentes para realizar el masaje perineal. Yo voy a explicar el que a mí me parece más sencillo y a continuación os dejo un video con algunas opciones diferentes para que tengáis donde elegir.

El más sencillo, o por lo menos a mi me lo parece, consiste en introducir los dos pulgares entre dos y cuatro centímetros dibujando entre los dos una “U” desde la zona del perineo hacía arriba mientras ejercemos una presión suficiente para sentir un leve escozor pero sin hacernos daño. A continuación realizaremos el mismo proceso pero de arriba abajo.

Si sois constantes notareis como la tensión va disminuyendo con el paso de los días. Al principio podéis dedicarle 5 minutos y poco a poco ir aumentando hasta llegar a los 10 o 15 minutos.

A continuación os dejo un vídeo con diferentes ejercicios para que no se os haga muy monótono y podáis ir combinando unos con otros.

Y os preguntaréis ¿Y tú qué tal? ¿Qué tal te fue? ¿Te funciono? Yo en este sentido fui un desastre total. Comencé con muchas ganas pero cuando llevaba una semana estaba hasta el moño. Me escocía y además me dolían los brazos, no conseguía coger posición y opte por abandonar. Si, esta que os informa sobre el tema se rindió casi antes de empezar. Y es que estar informadas es muy importante, conocer nuestras opciones es primordial, cada una que haga después lo que buenamente pueda.

Yo decidí “correr el riesgo”. Es cierto que el masaje perineal ayuda, de eso no me cabe duda, pero no es garantía de nada, nadie te asegura que no vayas a sufrir un desgarro o que aún con esas no vayan a tener que hacerte una episiotomía. ¿Y si al final acaba en cesárea? Apaga y vámonos. A mí me dio pereza infinita y tuve suerte, como os he contado en algún post anterior, mi parto lo atendió una ginecóloga que se esforzó muchísimo para no tener que hacer una episiotomía y para que yo sufriera el menor desgarro posible. Creo que la pericia y ganas de quien se encargue de nuestro parto es fundamental, y aunque el masaje perineal puede ayudar, las manos de un buen ginecólogo/a son la piedra angular para un parto sin cortes innecesarios.

¿Vosotras os hicisteis masajes perineales? ¿Conseguistéis evitar una episiotomía?

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