Hace unos días alguien planteaba esta cuestión en Instagram y me quede pensativa buscando la palabra exacta que pudiese definir ese momento. Son muchas emociones y sentimientos los que se aúnan en escasos segundos y difícil es conceptualizar algo tan efímero.

¿Emocionante?, ¿agotador?, ¿satisfactorio?. Yo elijo “BRUTAL”.

Para mí fue algo “brutal” en todos los sentidos. En lo físico y en lo emocional, la manera en la que todo sucede, los sentimientos encontrados, la espera, el dolor. Los “no quiero saber nada de nadie” acompañados de los “por favor no me dejéis sola”. ¿Cómo podría definir el culmen de todo eso si no fuese de esa manera? Brutal.

Porque brutal es el dolor de cada contracción, como un bate golpeándote fuerte y que expande el daño por todo tu cuerpo. Brutal es permanecer inmóvil mientras uno de esos golpes te azota y una aguja se clava en tu espalda.

Brutal también es el descanso posterior, la tranquilidad y relax después de horas de tensión y dolor. Brutal es la espera de no saber cuándo llegará  el momento y brutal es el momento en el que llega.

No hay nada más brutal que cada pujo, nunca jamás has hecho tanta fuerza ni le has puesto a algo tantas ganas. Pero también brutal es la sensación de no poder más, de agotamiento, tan brutal como la manera de sacar fuerzas de donde no las hay para seguir empujando hasta reventar.

¿Hay algo más brutal que ver como la cabeza de tu hijo comienza a aparecer entre tus piernas? Si, más brutal es ver cómo nace, cómo sale de tu cuerpo impregnado en miles de fluidos e igualmente hermoso y perfecto. Brutal es sentir que has creado vida, sentir su calor en tu cuerpo.  Brutales las lagrimas, la incertidumbre, la brutalidad de ser madre.

BRUTAL.

Y tu palabra ¿Cuál es?

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