Está clarísimo que las mamis de ahora tenemos muchísima suerte con el tema “ropita de bebé”. Existen multitud de tiendas a las que acudir y comprar las prendas más monérrimas del mundo mundial. Atrás queda las limitaciones de nuestras madres que tenían que apañárselas con un par de tienditas y la mercería del barrio para intentar ponernos lo más monas posible sin dejarse un riñón por el camino. Abuelas que tejían jerséis y cosían vestiditos estaban a la orden del día. Heredar era lo más habitual y daba igual si tu hermano mayor era un chico o una chica que te iba a tocar llevar su ropa si o si.
Ahora la cosa es muy diferente, las abuelas siguen tejiendo y los hijos heredando, pero ahora podemos acudir a las grandes cadenas para encontrar todas las prendas imaginables y mucho más a un precio muy asequible. Pantaloncitos, faldas, camisetas, zapatos, bodys, pijamas y todo aquello que se nos antoje en todos los colores y formas que nos apetezca. Dado el ritmo de crecimiento de un bebé este tipo de tiendas se agradecen y mucho. Nos permiten surtirnos de ropita de batalla sin que nuestro bolsillo se resienta.
¿Y si quieres darte un capricho? Boutiques a patadas con prendas para alucinar. Seas más moderna o más clásica tienes para elegir de aquí a la eternidad. Tu niño o tu niña estará para comérselo.
Y por último, la piedra filosofal de las compras en la actualidad: INTERNET. Otra herramienta fascinante con la que nuestras madres no contaban. Si ya de por si, la oferta offline es brutal y se puede encontrar prácticamente de todo, a golpe de click podemos comprar lo inimaginable. Es un recurso estupendo para comprar cosas preciosísimas y encontrar algunos mega chollos.
Pero, ¿Y las tallas? ¿Qué talla usa tu hijo? Porque esto si que es un jaleo.
Lo primero que no entiendo es el tallaje. Por una parte puede resultar intuitivo pero por otra puede confundir a cualquiera. Lo de que la talla vaya asociado a la edad del bebé no sé si termino de verlo. Dado que un bebé de 3 meses puede tener pesos y medidas muy diferentes, no me parece del todo lógico que ésta sea la unidad de medida. Puede estar bien para orientarse, pero como te lo tomes al pie de la letra y tengas un bebé grande, la mitad de la ropa te la comes con patatas.
Además con la ropa de los bebés pasa como con la de los adultos. Igual que los nuestros patrones no están unificados y tan pronto usas una 38 como una 40 o 42, con la de los bebés pasa lo mismo o peor. Talla 3 meses más grandes que prendas para bebés de 6. Talla 1 mes que no le vale ni a un recién nacido o talla 9 meses gigántica para bebés de año y pico. Un lío que no veas.
Por si todo esto fuera poco, tenemos que contar con el factor crecimiento. Porque un adulto se compra algo y se lo puede poner este año, el que viene y cuando quiera, pero un niño no. Si haces cálculos y compras algo calculando la edad que tendrá por ejemplo en pleno invierno, como la talla de esa prenda esté “de aquella manera” o tu hijo sea más grande o más pequeño de lo que se supone corresponde, igual te toca ponerle el jersey de cuello alto en pleno agosto o regalarlo con la etiqueta puesta.
Por último hay que mencionar el tema proporciones. A veces parece que los fabricantes usen patrones de modelo 90-60-90 en lugar de patrón para bebé regordete con lorcillas. Olivia, por ejemplo, tiene un vestido que le regalaron de una marca no precisamente barata que es poco menos que un cuadro. Vale que Olivia no es un bebé delgadito, pero tampoco está excesivamente regordeta. Pues este vestido de talla 3 meses, cuando Olivia tenía 2 meses ya no se lo podía poner porque de cuerpo no le cerraba. Eso só, con lo que le sobraba de largo de mangas podríamos haber hecho un vestido nuevo. Lo dicho, ningún sentido.
Así pues, esto más que un post se podría considerar un grito de auxilio de todas las mamás del montón a esos fabricantes de ropa de bebés que hacen prendas de tallas y proporciones ilógicas. Póngase de acuerdo, cambien la manera de tallar o hagan lo que tengan que hacer, pero ¿de qué sirve que hagan cosas tan monas si luego se quedan en el armario sin estrenar?
Lo dicho, por favor, hagan lo que tengan que hacer y háganlo bien, mientras nosotras, mamás del montón seguiremos vistiendo a nuestros bebés como buenamente podamos.