Hay miles de millones de juegos con los que un niño puede entretenerse, divertirse y fomentar su creatividad. Desde el más completísimo artilugio diseñado, desarrollado y fabricado especialmente como fuente inagotable de entretenimiento, hasta el objeto más cotidiano ya sea una botella de plástico, un tapón de corcho o un cazo y una cuchara.

Las canciones y juegos infantiles siempre funcionan , el “5 lobitos”, el escondite, el pasemisi pasemisa, balón prisionero y una larga lista de entretenimientos que ofrecen distracción para nuestros churumbeles, desde los primeros meses de vida y hasta los 10, 12 o 35 años, depende de la capacidad de mantener esa esencia infantil que tenga cada uno.

Cada cual tiene su juego favorito, el mío sin duda y desde siempre ha sido jugar a disfrazarme. Aunque últimamente lo tengo un poco en desuso, en cuanto tengo una oportunidad allá que me lío la manta a la cabeza y me curro un disfraz como dios manda.

Desde pequeña me ha encantado meterme en la piel de seres inventados. Muchas veces valía con un par de cojines y unas toallas para que mi hermano y yo pasásemos una tarde de lluvia en casa jugando a ser vaqueros, astronautas o cocineros. ¡Imaginación al poder!. Otras sacábamos mis mallas de ballet y nos convertíamos en un dudo de danza con coreografía incluida. Una maravillosa locura que desarrollaba nuestra creatividad, hacía volar nuestra imaginación y además nos daba una tregua, formábamos equipo, y nos ayudaba a no pelearnos, pegarnos y modernos que era a lo que nos dedicábamos el 80% del tiempo.

Aunque Olivia todavía es pequeña y seguramente su juego preferido ahora mismo sea agitar el paquete de toallitas o tirarme del pelo, espero que el día de mañana disfrute disfrazándose tanto como lo hago yo. Por mi parte intentaré inculcárselo y jugar con ella a disfrazarnos, pintarnos y peinarnos de todo aquello que la imaginación nos permita.

Cierto es que disfrazarse con cosas que tenemos por casa es súper divertido, pero también es verdad que hacerlo con un disfraz bonito es otra historia. Cuando yo era pequeña comprar un disfraz era un tema complicado porque para conseguirlo mi madre tenía que ir a alguna tienda de juguetes o especializada en el tema y gastarse una pasta.

Afortunadamente, hoy en día es mucho más fácil conseguir un disfraz bonito a un precio muy asequible. Después de cotillear mucho por internet y de seguir los consejos de mi amigo Google, los últimos disfraces que he necesitado los he comprado en www.disfracessimon.com ¿Por qué? Pues porque tienen un montón para elegir a muy buenos precios (tampoco es plan de gastarse un dineral). Además, si quieres algo diferente, tienen muchos disfraces súper originales. Yo siempre he sido muy fan de los años 20 y del rollito Charlestón y en esta tienda online tienen un montón para elegir. Os dejo el link por si queréis echar un vistazo.

Como no podía ser de otra manera, no he podido resistirme y… ¡Olivia ya tiene su primer disfraz!. Ya se que ella no sabe de que va la historia, pero estuve cotilleando la sección de bebés de la web de Disfraces Simón y había tantas cosas monísimas que no pude evitarlo. Me costó decidirme, estuve dudando entre el disfraz de monito, el de abejita y el de dragón. Seguramente ya hayáis visto la foto en Instagram y la de la portada de este post así que sí, el elegido fue el de dragón y muero de amor al verla con ello puesto.

Es muy cómodo de poner, tiene un tacto agradable y es precioso. Presiento que será el primero de muchos disfraces. De muchos momentos de diversión, de toneladas de creatividad y de vivir mil y una aventuras metiéndose en la piel de personajes fantásticos. Su primer disfraz, una primera vez más para nuestro baúl de recuerdos.

promo-image