Me llamo Beatriz, tengo 31 años, son las 7 de la mañana y estoy de parto. Tengo contracciones cada 8 minutos y según lo que comentó la matrona, eso significa que “todavía estoy muy verde”. No quiero tener que tragarme la media hora en coche que tengo hasta el hospital para que me manden de vuelta para casa, por es he decidido que este es el momento perfecto para dar a luz al primer post de “una mama del montón”. Así que aquí estoy, en frente del ordenador, con la bolsa del hospital preparada desde hace semanas y unos dolores que van y vienen.

En otras circunstancias seguramente estaría histérica, corriendo de un lado para otro sin objetivo ninguno o cebándome a Nutella para apaciguar los ánimos, pero no, hoy no va a ser así. Llevo 9 meses de larga espera, 9 meses de intranquilidad, 9 meses de pruebas, ecografías, análisis y un largo etcétera de citas médicas. Vosotras, las que ya habéis pasado por esto o las que estáis en ello seguro que me entendéis. Por eso hoy, el día “D” he decidido que va a ser diferente, hoy toca respirar y disfrutar.

Así que aquí estoy, disfrutando al escribir este, mi primer post de “una mama del montón”.Y ¿De qué va esto? os preguntaréis. Esto va de una casi mamá cuyo embarazo ha sido una paranoia permanente, esto va de una mujer que se creía muy fuerte mentalmente y ha descubierto que no lo es tanto, pero que al mismo tiempo se ha sorprendido de la inagotable energía y fortaleza de su cuerpo. Esto va de una embarazada que se empeñaba en pensar que eso “sólo le pasaba a ella” pero que ha descubierto que como ella hay muchas, con sus mismas dudas e inquietudes. Esto va de una mamá que seguro la va a liar muchas veces y que va estar muy perdida pero que se esforzará en hacerlo lo mejor posible sabiendo que siempre ha habido, hay y habrá miles de mujeres en su misma situación.

Por todo esto y mucho más soy “una mamá del montón”, una mamá que quiere compartir sus experiencias de embarazo, maternidad y de la vida en general con todas aquellas mujeres que alguna vez han sentido ese “soy una loca, paranoica” y que finalmente supieron que, afortunadamente eran “una mamá del montón”.

La próxima vez que nos veamos las caras mi vida habrá cambiado mucho, ya no seremos una pareja, seremos una familia y “O” habrá llegado a nuestras vidas para llenarlas de felicidad, lloros y pañales. La aventura que empezó el verano de 2015 y que post a post iré compartiendo, llegará a su final. Un final que al mismo tiempo es un nuevo principio.

Parece que es momento de ir planteándose salir para el hospital, las contracciones cada vez son mas seguidas y dolorosas. Estamos en Madrid y es hora punta, no me apetece nada dar a luz en pleno atasco así que… ¡Nos vemos muy pronto!.

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