pruebas

Hace ya un mes largo que terminó mi fase de “embarazada”, sin embargo quiero hablar sobre un tema que para mi merece una reflexión. No siempre tiene que ser así, cada una tendrá su experiencia y esta es la mía.

Entiendo que las pruebas durante el embarazo son totalmente necesarias, de hecho soy la primera que está encantada de ir una y mil veces para comprobar que todo está bien, a escuchar latir el corazón del bebé o para intentar verla en las ecografías. No obstante, durante estos últimos nueve meses casi me vuelven loca. Bueno, en realidad, no sé si han sido ellos, he sido yo solita o una mezcla de los dos, pero cada vez que me tocaba ir a hacerme cualquier tipo de prueba se generaba en mí una mezcla de ilusión y temor que hacía que al llegar allí dudase entre entrar en la consulta o echar a correr. He de aclarar que nunca elegí la segunda opción.

A lo largo de mi embarazo me he llevado varios sustos. Comentarios como “parece que tu placenta en anormalmente gruesa” o “aunque tus niveles de líquido amniótico parecen normales, visualmente me da la sensación de estar algo disminuido”, han sido un par de las joyitas que he tenido que escuchar. Afortunadamente en las siguientes ecografías realizadas por diferentes profesionales, no han percibido nada de los que me comentó en su día aquella buena mujer.

Sin embargo, en el momento en el que cualquier persona con bata blanca te hace un comentario fuera de lo que tu entiendes como “normal”, tus señales de alarma mentales se activan instantáneamente, o por lo menos, eso fue lo que a mí me pasó. Fue escuchar “placenta anormalmente gruesa y líquido disminuido” y sentir un potente e irrefrenable impulso de acudir a Mr. Google para saber que podía significar aquella información.

Obviamente aunque la doctora me dijo que no me preocupase (esa parte ya casi ni la escuché), el mal ya estaba hecho, y casi antes de haber salido de la consulta ya me había metido en unos cuantos foros, consultado varias webs que hablaban sobre esos temas y había sacado mis propias conclusiones. Por supuesto, lo que yo decidí que aquello significaba, fue una mezcla de todo lo peor que encontré, lo más negativo, las enfermedades más chungas y los problemas más graves. Según mi mente paranoica de embarazada mi pobre niña iba a tener todos los males del mundo, iba a ser un absoluto cuadro.  Como ya os he comentado, todo quedó en una locura absurda de embarazada, pero durante unas semanas yo lo pasé fatal.

A mí me pasó con estas dos cuestiones, hay a otra mujeres cuyos médicos hacen comentarios sobre pesos o tamaños poco apropiados para la edad gestacional, problemas con los análisis, tensión, peso que la mamá ha cogido durante el embarazo y un largo etc. de cuestiones en las que me adentraré en otros posts, todas ellas creadas y pensadas para volver loca a esa embarazada que tiene que lidiar por mantener la ilusión y pensar en positivo aunque a veces se lo pongan realmente difícil.

Tengo que aclarar que los comentarios “trastocantes” que me han hecho durante el embarazo siempre han venido de profesionales que no eran la ginecóloga que me ha llevado el embarazo, siempre han sido en ecografías especiales (12 semanas, 20 semanas o repeticiones de estas) que me han hecho otros profesionales. Mi adorada ginecóloga, de la que ya os hablaré con más calma, ha sido mi remanso de paz en esta loca vorágine de información que ha sido mi embarazo.

Por tanto, mis conclusiones sobre los temas tocados son:

  • Señores doctores, midan sus palabras, lo que para ustedes es un comentario sin importancia, para una mujer embarazada con la responsabilidad de traer a un personita sana a este mundo y con las hormonas revolucionadas puede significar un total cataclismo mental y emocional.
  • Google puede ser realmente peligroso. Todas sabemos que no tiene la verdad absoluta, pero cuando es tu única fuente de información acabas pensando que es la biblia de la ginecología. No obstante, también quisiese matizar, que si no se toma todo al pie de la letra, si podemos encontrar información útil que puede servirnos para posteriormente consultar con un profesional.
  • Y para terminar, recordad que, como dice mi adorada ginecóloga, toda embarazada es una loca en potencia, así que cuando os emparanoies con algo tened en mente que no sois ni la primera, ni la última, sois sencillamente “una mamá del montón”.
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