Llamadme loca, pero antes de meterme de lleno en este mundillo de la maternidad pensaba que los productos para bebés estaban pensados especialmente para ellos. Tenía la idea en la cabeza de que eran productos sin azúcares o sal. Quizá pequé de ilusa pero no se me había pasado por la cabeza, por ejemplo, que el aceite de palma fuese ingrediente imprescindible en las galletas infantiles.

¿Habéis alucinado tanto como yo con los productos alimenticios para bebés? No es que yo sea una loca de la alimentación sana. Me encanta comer guarrerías. Me gustan las pizzas y las hamburguesas, merendar Kinder Bueno y comerme la Nutella a cucharadas. Como comida precocinada, llamo al chino de vez en cuando y el salmorejo de bote en el rey del frigorífico cada verano. También he de decir que no “guarreo” todos los días, aunque si me doy mis caprichos seguramente más a menudo de los que debería. Me cuido lo justo, pero no peco en exceso. Con esto quiero que quede claro que no soy demasiado Biofit, ni Ecolight, ni nada parecido.

Sé que Olivia, comerá pizza, hamburguesa, chino y kebap. Se hinchara a golosinas, gusanitos y risquetos. Beberá Coca-Cola, Vodka o Malibú con Piña (algún día volverá a estar de moda). Pero mientras no lo pida o no le llame la atención, y existan otros alimentos con los que suplir esos “momentos de ocio”, no habrá ni gusanitos, ni aspitos, ni nada parecido. Intentaré evitar que coma azúcares o que tome el famoso aceite de palma siempre que existe otra opción.

Sé que por un poco no pasa nada, que al fin y al cabo no es para tanto, pero es algo con lo que me he concienciado y me gustaría ser firme. Que igual donde digo digo, digo Diego, y dentro de unos días estoy dándole gusanitos a “puñaos” porque es lo único que la mantiene entretenida durante más de 1 minutos, no lo sé. Pero si  de momento, puedo evitarlo y no veo la necesidad, lo evitaré.

Quiero que quede claro que no es una crítica a quien lo hace, es sencillamente, la opción que yo he elegido, ni mejor ni peor. Es como elegir entre dar el pecho o dar el biberón, colechar o no hacerlo, o practicar BLW o dar purés. Tengo claro que no hay ninguna opción más correcta que otra, sino que son opciones que se adaptan mejor a cada bebé y cada estilo de vida.

Así que, dicho esto,  hasta que llegue el momento de que Olivia empiece a probar deliciosas y azucaradas “guarringongadas”, hemos optado por diferentes productos que hacen que en su dieta se reduzcan los azúcares añadidos, los aceites menos saludables y todo aquello no necesario.

Aunque en el post sobre la introducción de la alimentación complementaria, ya os hable sobre algunos de estos productos creo que no está demás repetirlos. A continuación os cuento cuales son algunas de nuestras opciones en lo que a cereales, potitos, galletas  y lácteos se refiere.

CEREALES: Tal y como os comenté en su día, el azúcar es uno de los ingredientes estrella entre las marcas habituales de papillas de cereales para bebés. Da igual que las compremos en el súper o en la farmacia (por aquello de que parece que lo de la farmacia siempre es como “mejor”). Marcas como Puleva, Nestle, Almirón o Nutribén, incluyen azúcar incluso cuando pone “sin azúcar”.   En estos casos, encontraremos entre los ingredientes la palabra “dextrinado o hidrolizada”. Lo que se hace es convertir carbohidratos complejos en simples. Con este proceso tengo un cereal que es azúcar, que sabes más dulce. La excusa perfecta para poder poner en la caja que es “sin azúcar” porque en realidad lo es, pero no. Si os interesa el tema, podéis encontrar multitud de vídeos y artículos en los que Carlos González habla largo y tendido sobre el tema.

Existen varias opciones para ofrecer a nuestros bebés cereales que son “de verdad” sin azúcares. Nosotros usamos los “Solo Hero” que nos va bastante bien, y a Olivia le encantan. Cierto es que son más caros, pero a nosotros nos compensa. Otras marcas que ofrecen cereales libres de azúcares son Hipp o Holle. Nosotros nos decantamos por los de Hero por ser más fáciles de encontrar, nosotros los encontramos en Carrefour y en Ahorramás.

POTITOS: Con los potitos ocurre algo muy similar a lo que pasa con los cereales. No entiendo como puede ser que un potito especialmente diseñado para un bebé tenga, por ejemplo, sal. Tampoco entiendo que potitos recomendados para ciertas edad incluyan alimentos no aptos para esa edad concreta. Por ejemplo, potitos de frutas para bebés de 4 meses que incluyen melocotón o fresas, ¿perdón?. Lo dicho, un poco de coña todo.

Nosotros procuramos hacer siempre los purés en casa, pero cierto es que siempre hay días que te pilla el toro o que ni te has acordado de la comida del niño, así que, como os comenté en otro post, nosotros solemos comprar los “Smileat”. Están hechos con frutas y verduras ecológicas y ya. Solo eso, ni sal, ni conservantes, ni nada de nada. Otras marcas interesantes son Solo Hero o Hipp. Al final, cuatro o cinco marcas, son las que copan el mercado de alimentos para bebés menos procesados.

GALLETAS: El tema galletas ya es una historia a parte. El día que me planté en el pasillo de comida para bebés y me puse a mirar los ingredientes de las galletas para bebés “aluciflipé”. Si las vais a buscar sin aceite de palma, ahorraos ese maravilloso tiempo porque no las hay, o al menos, yo no las he descubierto todavía. La opción de Babybio, por ejemplo, no tiene aceite de palma, pero si tiene aceite de colza, azúcar de caña y huevo, así que me parece a mí que son un querer y no poder.

¿La opción más natural? Hacerlas caseras. Manzana, avena, plátano y al horno. Eso sí, tiene que pringarte las manos y liarte un poco la manta a la cabeza, para que al final como en mi caso, diga Olivia que eso si quiero me lo puedo comer yo, pero que ella nanai. Mi opción no es 100% lo que a mí me gustaría, pero siguiendo los consejos de otra mami, optamos por esta opción que evita algunos ingredientes no deseados. Son las Gullón Bio Organic, que aunque también tienen azúcar de caña integral, están hechas con aceite de girasol y no tienen ni huevo, ni lactosa, sin proteína de leche, ni frutos secos. Muy aptas para alérgicos, pero no para celiacos, que gluten si tienen.

LÁCTEOS: El mundo “lácteos” es un descubrimiento reciente. Hará cosa de un mes, cuando Olivia cumplió los 9 meses, nuestra pediatra nos recomendó introducirlos. El día que me fui al súper a buscar unos yogures o algo similar para Olivia, me pasó como con las galletas, que casi me caigo de culo. Azúcar, azúcar y azúcar. Esta vez mis consejeras fueron las redes sociales, pregunté en unos stories de Instagram cuales habían sido las experiencias de otras mamás y cuáles eran sus opciones elegidas. Entre todas las respuestas me quedé con dos conceptos que lo resumían todo bastante bien. El primero es que hasta que un bebé no cumple el año, no hay ninguna necesidad de darle un aporte lácteo extra más allá del biberón o la teta que ya tomen. El segundo es que, en caso decidir dar algún lácteo, una opción sin azúcares son los yogures para adultos en cantidades más pequeñas.

Después de sopesar toda la información lo que nosotros hemos hecho es darle algún yogur de manera muy puntual. Una o como mucho dos veces por semana y optar por un yogur desnatado, 0,0% y desnatado.

Como veis, opciones hay de todo tipo, no mejores ni peores, porque mal no vamos a hacer de ninguna manera, eso está clarísimo. Que el azúcar es azúcar y no ácido sulfúrico.

¡Ah! Y con respecto al tema aspitos, gusanitos y demás alimentos de “entretenimiento” ¿qué hemos hecho?. Siempre llevamos unos picos de pan bajos en sal, que para que se distraiga y si le apetece, muerda algo, hacen el apaño fenomenal. Qué pueden parecer un poco tristes, un poco lo que son, pan sin sal, pero a Olivia le encantan y no necesita más.

¿Cuáles son vuestras opciones de alimentación? ¿Flipasteis tanto como yo con el tema alimentación infantil?

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