baño de burbujas

Acabo de salir de mi primer baño de espuma después de algo más de 40 días. Por fin he podido tener mi media horita a remojo y he salido victoriosa. ¡Cuánto lo he echado de menos!

El jueves pasado fue un día para señalar en el calendario. Tuve consulta con mi ginecóloga para dar por finalizada mi cuarentena. Se supone que esa etapa de recuperación y adaptación ha terminado y yo tengo la sensación de que acaba de empezar.

Mi cuarentena o más técnicamente llamado puerperio, ha sido muy tranquilo.

Supongo que, a pesar de las pequeñas complicaciones durante el parto, el haber evitado la episiotomía, no haber cogido mucho peso durante el embarazo, haberme mantenido activa hasta el final, ponerme en movimiento rápidamente tras el parto y una mentalidad positiva, han hecho que mi recuperación haya sido muy buena. Sin embargo todavía queda mucho camino para una recuperación total.

Según dicen, la cuarentena es un periodo en el que el cuerpo vuelve poco a poco a ser lo que era. No quiere decir que al finalizar la cuarentena estemos como antes del embarazo (¡ya nos gustaría!), pero si es verdad que es cuando se producen los cambios más radicales.

En este periodo el útero, que durante el embarazo crece hasta quintuplicar su tamaño, va volviendo a sus dimensiones habituales. Esta involución del útero va acompañado de las expulsión de loquios, que son básicamente todos los restos que han quedado en el útero tras el parto (sangre, tejido placentario, moco cervical, etc.). Esta expulsión de los loquios, que se percibe en forma de sangrado, me ha acompañado entre 4 y 5 semanas.

Tras el parto y durante la cuarenta, otro de los cambios más evidentes, es la disminución de la barriguita. Después de dar a luz, lo normal es quedarnos con una tripita de unos 5 meses y a partir de ahí poco a poco irá disminuyendo. Esto no es una ciencia exacta, como casi nada durante el embarazo y parto. Cada mujer es un mundo y hay quién a la salida del hospital esta prácticamente recuperada y hay a quién le queda un largo proceso hasta volver a su cuerpo original. En mi caso, ni fu ni fa, quedaba barriguita pero nada preocupante.

Otra de las consecuencias del parto, y que marcará la cuarentena es el estreñimiento. La presión interior que sufrían nuestros intestinos ha dejado de existir y nuestro cuerpo está vaguete, así que lo de ir al baño se puede convertir durante unos días en una leyenda urbana y la regularidad en algo del pasado. Yo tarde cinco largos días en ir al baño tras el parto, y a partir de ahí… luchando por ir cada 3 o 4 días hasta que con el paso de las semanas el tema ha ido mejorando notablemente.

Así pues, los sangrados, los cambios físicos y el estreñimiento, han sido en mi caso lo más característico de este periodo. En otros casos, hay otros aspectos que son muy característicos de este periodo como puede ser la cura de una episiotomía o la recuperación de una cesárea.

Teniendo en cuenta todo lo anterior y una vez finalizada mi consulta postparto con mi ginecóloga, puedo decir que físicamente todavía queda, pero lo más gordo ya ha pasado. Después de estos 40 días me he quedado con 3 ó 4 kilos de más, depende de la hora del día,  y una barriguilla blandurria que espero vaya desapareciendo poco a poco. Supongo que también tendré que poner algo de mi parte y dejar de cebarme a Nutella. Investigaré el tema “hipopresivos”. También quedan algunas cicatrices en el útero debido a la extracción manual de mi placenta durante el parto, que habrá que ir vigilando. Esto es lo más destacable, al fin y al cabo yo me encuentro fenomenal, y eso es muy importante.

Con respecto a la otra parte de la cuarentena, la fase de adaptación, Olivia nos lo ha puesto, por lo general, bastante fácil. Come y duerme bien, así que no nos podemos quejar demasiado. Si por ella fuese, comería a todas horas y eso es importante. Un bebé que come bien, te quita de encima muchas preocupaciones, eso que tenemos ganado.

Lo de dormir, como os comente en el post de “Olivia cumple su primer mes” , ya es otra historia. Ha tenido días de dormir muy bien y días de dormir regular. Poco a poco vamos cogiéndole la medida. Como os decía, de todas formas, de momento no nos podemos quejar. Iremos informando sobre su evolución y nuestra adaptación.

Adiós cuarentena, bienvenida rutina.

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