Hablo desde mi experiencia. Imagino que dependerá de comunidades, de centros de salud, de pediatras. La calidad del servicio al ciudadano por parte de los profesionales de la salud pública depende de muchísimos factores, estoy segura, por eso hablo de mi caso, sin querer generalizar y pensando firmemente que hay mucho por mejorar.
Olivia nació en un hospital privado, pero después de ese momento no sabíamos si hacerle su propio seguro privado. En realidad, la que no lo tenía claro era yo, su padre lo tenía cristalino. Nunca, hasta ahora he tenido ningún problema con el trato recibido en la sanidad pública. Exceptuando alguna situación puntual (de todo tiene que haber), mis experiencias han sido generalmente buenas. Bien es cierto, que tampoco soy muy de ir al médico, siempre que he ido ha sido porque no me quedaba otra. Si unimos ese factor a que nunca he padecido ninguna enfermedad importante (toco madera), ni he necesitado ningún tratamiento especial (vuelvo a tocar), lo dicho antes, mi satisfacción con la sanidad pública hasta ahora había sido bastante positiva.
Lo que hizo que mi opinión fuese empeorando vino precipitado por el seguimiento pediátrico de Olivia. Tuvimos la visita con su pediatra a la semana de nacer. Nos encontramos con una señora cuyo discurso me gustaba pero con la que por algún motivo, teníamos feeling cero. Ella abogaba por la lactancia materna, el colecho y algún otro concepto que mis oídos agradecían, pero lo hacía con una actitud y un lenguaje corporal que parecía automatizado, totalmente impersonal y demasiado distante. No tenía una idea preconcebida de lo que me iba a encontrar, pero si pensaba que siendo pediatra mostraría un poco de empatía, algún gesto “cariñoso”, algo que pareciese transmitir que le gustaban los niños o, al menos, que estaba allí de manera voluntaria. Pues de todo eso hubo más bien poco.
Aun así seguimos con ella, fuimos a la revisión de los 15 días, la del mes y la de los dos meses. En esta última ella misma le puso las vacunas a Olivia, siempre en su línea. Seria, muy seria, emperrada en que la mejor manera de calmarla era sujetarla boca abajo en nuestros brazos. “Los bebés se calman así”, decía. Y yo pensaba: “Quizá otros bebés, pero Olivia prefiere otras posiciones”. Será por bebés, ¿no?. Lo de generalizar no me gusta nada.
La pediatra nos informó de que la siguiente cita con ella teníamos que pedirla para los 6 meses. Y yo me quede un poco como… ¿perdón?. Olivia tenía 2 meses y su pediatra no iba a volver a verla hasta que cumpliese 6. ¡Genial!. Nos aclaró que al mes siguiente sería un enfermero quien la mediría y la pesaría para controlar que todo estuviese en orden.
¿Tenía que conformarme con eso? No quiero desmerecer el trabajo de los enfermeros y enfermeras, sin duda su labor es fundamental, pero también creo que el trabajo de unos no deberían hacerlo otros. ¿Estoy loca por parecerme insuficiente que la pediatra de la seguridad social no vea a Olivia en cuatro meses?. Teniendo en cuenta que la próxima vez que la pediatra le haga una revisión será cuando cumpla el año. ¿Qué mierda es esta?. Qué igual es todo muy normal y soy yo la que es un poco paranoica, pero me da la ligera sensación de que no.
Luego vienen las visitas al enfermero, que son un poco de risa. Mide, pesa y poco más. Que si la niña tiene una cadera en Cuenca y la otra en Valladolid ya si eso, nos enteramos a los 6 meses cuando la vea la pediatra. Las visitas al enfermero las tuvimos a los 3, 5 y 9 meses (a esta última ni fuimos ¿para qué?). Entre unas visitas y otras, Olivia recibía sus vacunas correspondientes. Fuese por las del calendario habitual o por el Bexsero, casi todos los meses hacíamos una visita para pincharla, pero nada de revisarla.
Me sorprende mucho que aun teniendo que ir a ponerla las vacunas y preguntando: ¿Hoy no la vamos a pesar y medir?, la respuesta sea no. Luego venían los consejos post-vacunas: “si le sube un poco la fiebre podéis darle apiretal”. Y yo que soy muy puñetara cuando quiero, le preguntaba: “¿y cuanto tenemos que darle?”. Cara de póker del enfermero y Olivia a la báscula, porque si no sabemos cuánto pesa, ¿cómo vamos a saber lo que hay que darle?.
Todo este cúmulo de situaciones absurdas, mezcla de políticas de trabajo impuestas (imagino) y un poco o mucho de desinterés, hizo que a los 4 o 5 meses, no lo recuerdo exactamente, hiciésemos a Olivia un seguro privado.
La nueva pediatra del seguro privado no es que me encante al 100%, siempre hay cosas que cambiaría, pero la revisa bien todos los meses y mira todo lo mirable, eso es lo importante. Un claro ejemplo: En este hospital (no sé si en todos los hospitales privados lo hacen), a los niños recién nacidos les hacen una ecografía craneal y otra de las caderas. A Olivia también se la hicieron, y eso que cuando fuimos, como os decía ya tenía 4 o 5 meses.
Hay cosas en las que no estoy de acuerdo con ella, como el tema colecho o alimentación. A pesar de ser una chica joven, es un poco de la vieja escuela, de sacar a los niños de la habitación de sus padres y de alimentación un poco cuadriculada y poco experimental. Lo bueno es que en esas cosas podemos decidir nosotros y que ella nos diga “A” y nosotros hacer “B” (dentro de unos límites, por supuesto) y si ella dice que hay que sacar a Olivia de la habitación, nosotros la metemos en la cama cada noche y hasta que nos apetezca.
Sin embargo la parte médica, la que nosotros no podemos controlar, para la que es esencial que ella esté ahí, en esa parte, desarrolla su trabajo a la perfección, con revisiones mensuales exhaustivas, interesándose por su evolución con un trato cariñoso y correcto.
Dicho todo esto, creo que mi queja ha quedado clara. ¿Qué está pasando con la sanidad pública? Creo que es un poco vergonzoso tener la sensación de que tienes que contratar un seguro privado si quieres que tu hijo reciba un seguimiento decente y continuado. Quiero volver a repetir que todo según mi experiencia y mis circunstancias, seguro que hay sitios donde las cosas se están haciendo mucho mejor. De hecho, se de algunas mamis que están encantadas con sus pediatras de la seguridad social, y me alegro infinitamente de que así sea, de que queden profesionales entregados, empáticos y comprensivos, profesionales a los que les gusta su trabajo y así lo transmiten. Gracias a todos ellos, y adiós a todos los que están en su puesto de trabajo calentado la silla, esas sillas que cojean cargadas de desinterés e indiferencia.
¿Cuál ha sido vuestra experiencia? ¿Estáis contentas con los pediatras de vuestros hijos?
Buenas tardes. Primero agradecer que no generalices pero aún así como pediatra de la seguridad social me veo en la necesidad de responder a tu post. En primer lugar las revisiones que te hizo tu pediatra son La estipuladas por el ministerio de sanidad. Se reúnen unos cuantos expertos y determinan un mínimo exigible. Ese mínimo exigible no incluye las revisiones que te hizo en enfermero. Esas te las han hecho porque si. En teoria no es necesario explorar a un bebé sano todos los meses. En segundo lugar es verdad que al enfermero no le cuesta nada pesar y medir pero… eso es algo que se puede hacer en una farmacia de forma además gratuita no? Nosotros aconsejamos pesar a los niños cada 15 días en una farmacia para asegurar la buena ganancia ponderal. Y he aquí donde insisto porque creo que desde hace tiempo se está haciendo a la sociedad muy poco participe de su salud y más aún en el caso de los padres con sus hijos. Y soy pediatra. Pero también soy madre. No creo que debamos dar todo masticado a los padres, por supuesto aclarar dudas, ofrecer opiniones. Pero adentrarse en si BLW o papillas o tema de como colecho o no creo que son temas de crianza que cada familia debe decidir. Eso por ejemplo. Vivimos en una sociedad en la que creemos que la salud es un derecho y no lo es, lo es la asistencia sanitaria pero con el abuso de algunas personas poco a poco se está estropeando. Y a raíz de esto viene el tema de las ecografias de rutina en la sanidad privada. No tienen justificación clínica hacer ecos de rutina a niños sanos son factores de riesgo. Si bien no pasa nada porque no tienen radiación no tienen ninguna base. Espero no te moleste mi respuesta. Soy una pediatra contenta con su trabajo, joven, trabajando en un horario de tarde que casi nadie con hijos quiere pero aún así contenta de como lo hago y se que no me equivoco cuando digo que los padres de mi consulta están contentos conmigo. Pero confio en la autonomía de los padres y en que es posible que no nos carguemos entre todo la seguridad social.
Hola Gema!!! Todos los comentarios son bienvenidos. Si yo escribo posts dando mi opinión, lo más normal es que quien lo lea pueda dar la suya. Hay cosas de tu mensaje con la que estoy de acuerdo y cosas con las que no. Creo que tienes razón cuando dices que en muchos casos se hace un uso abusivo de la medicina en la seguridad social, pero también creo que cuando tienes un bebé te enfrentas a muchas situaciones nuevas que no sabes cómo solucionar, incluidos temas médicos, y en mi opinión, aún siendo yo muy poco de médicos, cuando se trata de un bebé, ante la duda lo mejor es ir a un profesional. Con respecto a las revisiones de Olivia, supongo que su pediatra le habrá hecho las estipuladas pero siguen pareciéndome insuficientes, desde mi punto de vista, ese comité de expertos deberían reunirse más a menudo. Lo de que tendría que haber pesado a mí bebé cada 15 días es la primera vez que alguien me lo dice. La he pesado alguna vez en la farmacia, pero por mi cuenta y riesgo. Nadie me había dicho nada sobre el tema, hasta ahí llega el pasotismo de mi pediatra. Seguro que tus pacientes están contentos con tu trabajo, eso no lo pongo en duda porque no cuestiono la profesionalidad de los pediatras en general, sino de la mia en particular. No por el número de revisiones o temas que no depende de ella, sino por su total desinterés. Te agradezco mucho el tiempo dedicado a leer mi blog y a escribir tu opinión.
Espero verte de nuevo comentando algún otro post. Un saludo y feliz día!
Me sorprende un poco este post. Bien y como te ha indicado antes otra mamá esas revisiones se llevan a cabo tras organizarlas previamente el ministerio en vista de estudios anteriores e igual que incluyen vacunas deciden estás revisiones. Tú lo has dicho que aún así dejando de lado las revisiones ,has tenido que ir al pediatra muchas otras veces, abriendo así muchas las ocasiones en las que has tenido oportunidad de comentarle tus inquietudes. Bien es cierto que mi pediatra tampoco es la más simpática del mundo, como profesional sanitario entiendo que hay otras razones que tienen relación con que no lo sea y creeme que poco tienen que ver con ir a calentar una silla sino todo lo contrario, tienen más que ver su mala cara con cargas de trabajo excesivas. Y quizá mucho por eso, por como dice la pediatra que te comenta, muchas veces somos demasiado dependientes en los temas de salud y a mi me ha pasado, y he sido mamá primeriza y me sentía desatendida, pero ahora cuando el tiempo ha pasado veo que esas dudas no tenía que resolvermelas un pediatra ocupando una cita sino debía resorveermelas el entorno. el hablar con otras mamis ( incluso la mia) simplifica mucho la cosa. Cada uno somos responsables de nuestra crianza pero eso no significa que debemos aceptar consejos que pueden darnos ideas como lo de pesar a nuestro bebé… si quieres hacerlo hazlo pero no tienes que ocupar una cita en un centro de salud. Veo inútil tener que acudir a una cita, con lo que conlleva estar esperando en una sala de espera con tu bebé y otros tantos niños contagiados por virus varios…para que una Dra. Te diga cómo debes alimentar a tu bebé y que luego salgas y que no te guste lo que te haya dicho, no porque no sea una buena profesional, sino porque cada uno tenemos claro lo que nos gusta comer o no y relacionado con nuestra forma de comer vamos a hacer que sea la de nuestros hijos ( por ejemplo yo no estoy de acuerdo en cómo dices en otros post no coman azúcar o aceite de palma, hay estudios que abalan que este aceite es bueno para sus pulmones y el azúcar necesario para dar energía a nuestro cuerpo mientras no le des cantidades innecesarias.. y esas leches ya han pasado muchos estudiantes porque las farmacéuticas invierten mucho en ser las mejores para que les compremos.)esa es mi opinión, y cada uno tenemos la nuestra…pero no tengo que ocupar una cita y exponer a mi hijo a virus para contarle esto a mi pediatra. Créeme la crianza ( el q coja peso o no, q coma de una forma u otra, purés o no, q duerma más o menos…) es cosa tuya igual que como escribes en otro post el cogerla en brazos o no es cosa tuya de tu crianza y no tienes porqué contársela a tu pediatra q tu hija va a crecer igual aunque no se lo cuentes. Qué ellos ya tienen guías necesarias que te habrán dado para darse cuenta en esas reviones de si hay algún problemas de salud y que si no te han dado más pautas y más consejos es porque tu bebé está bien sano, y solo tienes q disfrutar de él sin más y alegrarte por ello. Y lo de que le hagan a todos una eco al nacer…créeme me parece una barbaridad, la cantidad de radiaciones innecesarias para un bebé cuando eso se puede diagnosticar con otra técnicas menos invasivas y perjudiciales. Supongo que eso lo comentas desde el desconocimiento sanitario, pero es similar a si vas al taller y una pieza se arreglaría solo soldando y te la cogen y te la cambian entera, va a funcionar, pero de verdad era necesario? Demuestra más bien su incapacidad para hacer bien su trabajo ( es como matar moscas a cañonazos!?). Me preocuparia más que radien a mis hijos innecesariamente que que coman aceite de palma, mucho más cancerígeno. Porque si tan bueno fuera hacer ecografías porque a nosotros no nos hacen más? Cuando nos duele algo… Y porque nos auscultan y dejan las radiaciones como última opción?No lo queremos para nosotros y para nuestros hijos si?